Migraciones, empleo y desigualdad: los nuevos rostros del cambio social

26 de octubre de 2025

Las migraciones, los cambios en el empleo y la evolución de la desigualdad configuran un cuadro social en transformación. Tras la pandemia, muchas ciudades consolidaron el trabajo híbrido, pero al mismo tiempo surgieron presiones sobre empleos presenciales de baja calificación. La automatización y la digitalización reconfiguran tareas, mientras nuevas ocupaciones aparecen en logística avanzada, salud, cuidado y servicios basados en conocimiento. Esto exige políticas activas: formación continua, reconocimiento de competencias y apoyo a la movilidad laboral.

En paralelo, las corrientes migratorias responden a factores económicos, climáticos y demográficos. Países con envejecimiento acelerado ven en la migración una alternativa para sostener su fuerza laboral; otros, con desempleo juvenil, la conciben como válvula de alivio. La gestión ordenada y transparente, con validación de títulos, protección de derechos y programas de integración, reduce tensiones y potencia el aporte de los recién llegados.

La desigualdad adopta nuevas formas: brechas de conectividad, de habilidades y de acceso a servicios de calidad. La respuesta combina inversión en infraestructura social —salud primaria, educación inicial, vivienda— con políticas de innovación que multipliquen empleos formales. La cohesión social no se consigue con un único instrumento; requiere pactos intergeneracionales que equilibren esfuerzos y beneficios, y una narrativa pública que reconozca la diversidad como motor de dinamismo y no solo como desafío a administrar.

Octavio Chaparro